para peor, se juzgaban entre ellas,
hasta llegaron a gritarse cosas horribles
y a tener dias enteros de encontronazos.
Se sintieron muchas veces avergonzadas de la otra,
indiferentes,
hirientes.
No llegaron nunca a las piñas, pero no dudo
que se hayan pegado mas de una vez algun codazo.
Llegaron a un acuerdo.
Se empezaron a escuchar,
a entender y a acompañar.
Y hoy estan en armonia
las voces de mi cabeza.
...tambaleantes todavia, claro. Pero bastante mejor.
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