El maldita lunes estuve en el centro todo el día, desde la mañana hasta la noche, cosa que no es parte de mi rutina. Por desgracia el lunes al mediodía llovió, y yo justo tuve que ir con las zapatillas de tela. Se me mojaron las zapatillas y las medias, y como tampoco había agarrado de los mejores paraguas de mi casa sino que el que encontré en mi camino a la puerta (a las apuradas porque siempre pongo el despertador con el tiempo justo para hacer todo lo que tengo que hacer antes de salir, y siempre me quedo durmiendo un par de esos "5 minutos más"), también me mojé el pantalón y parte de la mochila donde llevaba cosas importantes y ajenas, que me habían prestado de favor.
Bueno, un bajón eso. Deci que después estaba en una galería, esperando que la lluvia pare y tratando de ubicarme para dónde tenía que ir para llegar a una clase, ahí estaban, en el piso a menos de un metro, la brillante moneda de un peso. "Pequeña alegría", pensé.
El martes arrancó, suavemente, pero ya para cuando llegó el miércoles y hasta hoy mismo, sábado, tuve que cancelar cuanto tenía que hacer, culpa de la maravillosa faringitis que me pesqué. Y la peor parte no es eso, sino qué, además de que tengo que quedarme con el culo quieto en mi casa (cosa que no me cabe para nada), ayer a la noche, después de días de fiebre, me atraganté con mi propio moco, no podía respirar y entré en desesperación por unos segundos. Pero no pude largar ningún conglomerado de mucosidad, hasta el día de hoy: se repitió el mismo episodio de atragantarme con mi propio moco, pero esta vez lo pude escupir, del tamaño de mi mano y bien negro. Dos veces.
-->Pido disculpas por el desagradable contenido de este post, pero con alguien me tenía que descargar.<--
26.7.08
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