De regalo, un striptease

Resulta que me jodi la espalda.
Al principio pensé que era una tontería, pero cuando el dolor empeoró decidí acudir al dotor.
Me dió la mala noticia de que me había pinzado el nervio ciático.
Pero cuando, tras varios medicamentos y variadas terapias alternativas, el dolor persistía, volví a ver al buenhombre, quien me dijo que, además de todo, me había lastimado la articulación del sacro y la cadera.
Partiendo del hecho de que este fin de semana estrenamos las funciones del circo, colapsé en mi angustia-bronca-dolor.
Así me fui a sacar la radiografía que también iba a confirmar si me había desplazado un hueso o no.
Entre a la sala, donde el radiólogo comenzó a darme indicaciones.
-Por acá pasá a cambiarte, sacate el corpiño, la remera te la podes dejar, y los pantalones te los tenés que sacar, pero te podés dejar las medias, bla bla bla bla.
(que me tengo que quedar sin pantalones!? bueno, el doctor estará acostumbrado a esto, no tiene porque darme verguenza, ya fue!).....
Seguí sus indicaciones, si. Al pie de la letra.
Cuando volvió, lo vi que me miró medio raro, empezó a tartamudear, hasta que logró sacar un:
-Hay una bata ahí para que te pongas, si querés.
-Uy!.
Si, la parte del bla bla bla bla que yo mucha pelota no le di, era para explicarme que tenía la bata ahi arriba.
Por lo menos desde ahí que no paré de reirme y se me olvidó un poco el malhumor.
Y dicen que la risa es el mejor remedio, más les vale que tengan razón.