26.6.07

Entonces

Té de menta. Me recuerda a mi amiga romina. La tengo que llamar, no tuvo un buen domingo.
Té de menta con azúcar negra. Mate con azúcar negra. Y coca, hojitas de coca de Jujuy. Mi Jujuy, nuestro Jujuy. Purmamarca, los colores, la sobrina de Humberto, y puma. Ellas saben de lo que hablo.
A mi izquierda, la carpeta de teología, la biblia, los resúmenes de las 4 primeras unidades, y los resúmenes de los resúmenes. Víspera de parcial.
A la izquierda de mi izquierda, la carpeta de mantras, el Om, prácticas de la enseñanza, serie VII.
A mi derecha la ventana, el sol, los dos árboles de la puerta, recién pelados, un poco más... feos, que se yo.
Yo acá, en el medio, esperando a decidirme a estudiar, pensando en el trapecio, pensando que seguramente hoy reciba mi pollera de flamenco, pensando en la semana que viene, las clases, el yoga, vacaciones, lobos. Pensando, en pasado y futuro, pura irrealidad. Mi presente: huida constante. Y pensar que mi profesor de meditación nos dice que sabio es aquel que vive en el presente, en constante actitud contemplativa.
Y yo ayer volví a mi casa agitada, con taquicardia, del miedo, de lo que puede ser, de lo que será, de que no lo se. Miedo y ansiedad. De que puedo, pero a veces no se si puedo. Decisiones, consecuencias, responsabilidad. Mamá, papá, hermana, bla bla bla. Si, gracias. Pero yo me fui a dormir con taquicardia igual.
Como un vértigo. Como un.
Y el té ya esta frío.
Qué cagada.

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