14.12.07

Balada del Amor Imposible

Yo los invito a leer todo el texto de Dolina. Éstos son algunos bastantes fragmentos, que, por más largo que parezca, vale y revale la pena leer.

Los cronistas más serios del barrio del Ángel Gris coinciden en destacar la propensión de sus habitantes hacia los amores imposibles.
Así, mientras los jóvenes de otros barrios se enamoran de muchachas groseramente posibles, los hombres de Flores parecen condenados a amar - casi siempre en secreto - a mujeres que no serán para ellos.
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Los tratadistas de Villa del Parque y los Refutadores de Leyendas sostienen que buscar pareja es una tarea enteramente racional y hasta científica.
Vale la pena citar la novela didáctica "Hoy te amo con la cabeza", del profesor Amadeo Battista. Esta obra esconde - apenas - la tesis antedicha, entre los rotosos pliegues de su trama.
Parecidos criterios auspicia la esposa de este pensador, la doctora Alba C. de Battista en su libro "Me casé con un cretino".
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Esto es ni más ni menos que la refutación de una leyenda o - lo que es peor - su reducción a términos científicos. La leyenda es ésta:
"Hay para cada hombre una mujer, una sola, que reúne todas las virtudes que ese hombre sueña. Su belleza está hecha para deslumbrar a ese hombre.
Su voz ha sido creada para seducirlo. Su inteligencia, para suscitarle y sugerirle ideas amables. Su ternura, para hacerle dulce el diario sufrimiento.
Esa mujer existe y anda por esas calles. Pero el destino ha decidido que nunca jamás se crucen los caminos de ningún hombre con la mujer que para él fue concebida."
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Y acerca de Manuel Mandeb, conviene recordar que su ilegible prosa se alzó solitaria frente a los tratados racionalistas y a los inventos de los Refutadores de Leyendas.
Él dejó un voluminoso estudio caratulado Registro de amores imposibles en la línea del Sarmiento.
La obra está dividida en cuatro capítulos:
El primero, subtitulado Nunca le dije nada, es el más extenso y registra episodios protagonizados por enamorados silenciosos.
El segundo, Negativas expone 115 rechazos, sus motivos, sus términos y consecuencias, para no hablar de otros detalles más bien superfluos que suelen recargar toda la obra de Manuel Mandeb.
El tercer capítulo, Amargo desengaño, cataloga 126 decepciones, incluidas cuatro padecidas por el propio autor.
El cuarto y último capítulo es un inspirado texto romántico que se conoce como Elogio del amor inconcluso. Veamos este párrafo:
"...Así como las personas que mueren en la plenitud nos ahorran el recuerdo de su vejez, los amores interrumpidos abruptamente siguen viviendo en nuestro corazón no como brasas agonizantes, sino como horrorosas llamas que queman cada noche...
"...No hay mejor amor que el que nunca ha sido. Los romances que alcanzan a completarse conducen inevitablemente al desengaño, al encono o a la paciencia; los amores incompletos son siempre capullo, son siempre pasión."
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Es cierto que infinidad de personas decentes viven la módica dicha del amor común y corriente.
Pero el amor imposible, aquél del cual solamente son capaces los Hombres Sensibles de Flores, es el único cabalmente maravilloso y digno de admiración.
Pero el amor imposible no es cosa de prudentes, sino de Quijotes.
Sólo cuatro veces en doce años vio Alonso Quijano a Aldonza Lorenzo. Jamás cruzaron palabra. Pero eso le bastó para vivir en ella y por ella.
Sin esperar recompensa.
Por eso, señores, si acaso atesoran ustedes uno de estos metejones locos, a no arrepentirse. Sigan soñando y esperando lo imposible. Aunque sepamos que nuestras ilusiones no habrán de cumplirse nunca, sigamos acariciándolas. Lo contrario sería - como pensaba Wimpy - confundir una ilusión con un pagaré.
Será una larga jornada. Muchas veces tendremos ganas de contar nuestra pena, pero no podremos hacerlo, para no profanarla. Siempre estaremos solos y tristes, pero no es para tanto. Después de todo, ya se sabe que los únicos paraísos que existen son los paraísos perdidos.

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