28.9.09

El Amor y Jung

Una de las emociones más inquietantes y difíciles de entender es la del amor.

Claramente!

El amor produce placer y displacer, alegría y angustia, odio, acción y quietud, entre otras emociones encontradas. Es por ello que a lo largo de la historia diferentes filósofos, corrientes filosóficas, religiosas y psicológicas han tratado de explicarlo.

Para Platón amar es desear que la persona amada sea lo más feliz posible;

Se, bue, pooonele....

Uno de los aprendizajes que obtenemos a través del amor es que este no siempre es correspondido; si aceptamos que el amor tiene su origen en la necesidad, es entendible que el amor se dé entre contrarios... todo polo contiene secretamente a su contrario; así, el cuerpo ama la salud en presencia de la enfermedad y el amante de la sabiduría ama a esta porque mientras más sabe más se dá cuenta de su propia ignorancia.

Y así la boluda se enamora del hijo de puta.

Platón sostuvo que la más perfecta felicidad es el delirio de los amantes, o sea, que cuanto más profundo es el amor más intenso es el delirio que provoca.

Ajá, te escucho...

El enamorado no vive en sí, sino que vive identificado con el otro, se olvida de sí. El amor estaría relacionado con la búsqueda de los ideales de la vida y no con la renuncia a ellos. Se busca en el ser amado la perfección.

Claro, se busca, pero no se encuentra!

Desde una perspectiva junguiana, el amor es una emoción que al igual que el resto de nuestras emociones no las podemos controlar, sino que ellas tienen dominio sobre nosotros.

Si, si, y si!

No elegimos enamorarnos, simplemente nos pasa. Pero para que aparezca la emoción del amor tiene que haber algo que deseemos fuera nuestro. Para Jung la verdadera naturaleza del complejo se trata de deseo y resistencia, todos nuestros actos tienen origen en el deseo de que acontezca o no algo determinado.

"...Propias del amor son la profundidad y la sinceridad del sentimiento, sin las que el amor no es amor sino mero capricho.
Capricho!
El amor verdadero establece siempre vínculos duraderos, responsables. Necesita la libertad sólo para la elección, no para la realización. Todo amor verdadero, profundo, es sacrificio. Se sacrifican las propias posibilidades, o mejor dicho, la ilusión de las propias posibilidades. Si no requiere este sacrificio, nuestras ilusiones evitarán que se establezca el sentimiento profundo y responsable, con lo que se nos privará también de la posibilidad de la experiencia del verdadero amor.


El amor al final puede ser lo más cope del mundo, o la pedorrada más pedorra.
No se a qué venía con todo esto... a si, a que volví ala doble vida, bah, volví, lo vi al ex, que es amor total (tranqui a las cobloggers que recién se están enterando, nada, nos vimos, nos tomamos una cerveza, y disfrutamos de un rato juntos, nada más), y lo tengo al actual, que pareciera que es el capricho. Capricho que antes me llenaba con sexo y regalos, y ahora, ahora no se mirá. Y llega "amor total" con regalos y con su energía maravillosa, y yo me doy cuenta que o las cosas cambian con "capricho" o hasta acá llegamos, seamos sólo amigos, mis papás no me dejan, mi amr es el mar, y sobre todo... no quiero matarte, pero si me obligas!

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