9.2.10

Todo aquel que ha logrado despertar espiritualmente de manera plena a un estado de perfecta tranquilidad mental y de dicha inagotable. Esto sucede al haber superado en forma permanente: el anhelo ansioso, la aversión y el delirio o ignorancia y, por lo tanto, haberse liberado definitivamente de todo sufrimiento.

Todo lo que somos es el resultado de lo que hemos pensado; está fundado en nuestros pensamientos y está hecho de nuestros pensamientos.

Para enseñar a los demás, primero has de hacer tú algo muy duro: has de enderezarte a ti mismo.

Ni siquiera un dios puede cambiar en derrota la victoria de quien se ha vencido a sí mismo.

Como flores hermosas, con color, pero sin aroma, son las dulces palabras para el que no obra de acuerdo con ellas.

La reflexión es el camino hacia la inmortalidad (nirvana); la falta de reflexión, el camino hacia la muerte.

El insensato que reconoce su insensatez es un sabio. Pero un insensato que se cree sabio es, en verdad, un insensato.

El odio no disminuye con el odio. El odio disminuye con el amor.

El dolor es inevitable pero el sufrimiento es opcional.

No hay incendio como la pasión: no hay ningún mal como el odio.

Sidhartha Gautama
563 AC-486 AC

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