24.2.10

Sobre el ego y demás

"Al ego le encanta quejarse y resentirse no solamente con respecto a otras personas, sino también a las situaciones. Lo mismo que se le hace a una persona se le puede hacer a una situación: convertirla en enemiga. La implicación siempre es: esto no debería estar sucediendo, no quiero estar aquí, no quiero tener que hacer esto, es una injusticia conmigo. Por supuesto el peor enemigo del ego es el momento presente, es decir, la vida misma.

No se deben confundir las quejas con el hecho de hacer ver a una persona una deficiencia o un error a fin de que pueda corregirlo. Y abstenerse de quejarse no significa necesariamente tolerar la mala calidad o la mala conducta. No es cuestión de ego decirle a un mesero que la sopa está fria y que debe calentarse, siempre y cuando nos atengamos a los hechos, los cuales siempre son neutros. Renegar es decir "Cómo se atreve a traerme una sopa fría". Hay allí un "yo" que disfruta cuando encuentra la falta en el otro. Las quejas a las cuales nos referimos estan al servicio del ego, no del cambio. Algunas veces es obvio que el ego realmente no desee cambiar a fin de poder continuar quejándose.

Trate de atrapar a la voz de su mente en el momento mismo en que se queja de algo, y reconózcala por lo que es: la voz del ego, nada más que un patrón mental condicionado, un pensamiento, Cada vez que tome nota de esa voz, también se dará cuánta de que usted no es la voz sino el ser que toma conciencia de ella. En efecto, usted es la conciencia conciente de la voz. Allá en el fondo está la conciencia, mientras que la voz, el pensador, está en primer plano. Es así como usted se libra del ego, de la mente no observada. Tan pronto como tome conciencia del ego que mora en usted, deja de ser ego para convertirse en un viejo patron mental condicionado. El ego implica inconsciencia. La conciencia y el ego no pueden coexistir. El viejo patrón o hábito mental puede sobrevivir y reaparecer durante un tiempo porque trae el impulso de miles de años de inconsciencia colectiva, pero cada vez que se lo reconoce, se debilita.

Mientras que el resentimiento suele ser la emoción que acompaña a las quejas y lamentos, también puede venir acompañado de una emoción más fuerte como la ira y otra forma de malestar. De esa forma trae una carga de energía mayor. Las quejas se convierten entonces en reactividad, otra manera de fortalecerse el ego. Hay muchas personas que siempre están a la espera de lo siguiente para reaccionar, sentirse enojadas o perturbadas: y nunca tienen que esperar demasiado. "Esto es una vergüenza", exclaman. ¿Cómo se atreve...."? "Esto no me gusta": Son tan adictas a la ira y al enojo como otras lo son a las drogas. Al reaccionar contra una cosa u otra afirman y fortalecen su sentido de ser.

Un resentimiento viejo es un agravio. Cargar con un agravio es estar en estado permanente de "oposición" y por eso es que los agravios constituyen una parte significativa del ego en muchos casos. Un agravio es una emoción negativa intensa conectada con un suceso que pudo ocurrir en el pasado distante pero que se mantiene en la cabeza o en voz alta: "esto fue lo que me hicieron" o "esto fue lo alguien nos hizo". Un agravio también contamina otros aspectos de la vida. Por ejemplo, mientras pensamos y revivimos el agravio, la energía negativa puede distorsionar nuestra manera de ver un suceso que ocurre en el presente, o influir sobre la forma como hablamos o nos comportamos con alguien en el presente. Un agravio intenso es suficiente para contaminar muchos aspectos de la vida y mantenernos presos en las garras del ego. Se necesita honestidad para determinar si todavía guardamos agravios, si hay alguien en su vida a quien no haya perdonado totalmente, o a quien considere su "enemigo". Si es así, debe tomar conciencia del agravio tanto a nivel mental como de emotivo; eso implica tomar conciencia de los pensamientos que lo mantienen vivo y sentir la emoción con la cual el cuerpo responde a esos pensamientos. No se esfuerce por deshacerse del agravio. El esfuerzo de perdonar y de soltar no sirve. El perdón se produce naturalmente cuando vemos que el rencor no tiene otro propósito que reforzar un falso sentido del ser y mantener al ego en su lugar. Ver es liberar.

El pasado no tiene poder para impedirnos estar en el presente. Los agraviso del pasado sí. ¿Y qué es un agravio? El peso de viejas emociones y viejos pensamientos rancio.

Eckhart Tolle

Lo quería compartir con ustedes amigas, me tocó muy de cerca.

3 comentarios:

Sofia Ema dijo...

bueno es para todas, hoy estuve con los agravios el ego a full, un poco de introspección, que se yo

Cabellos de fuego dijo...

gracias papitas!

leí con mucha atención! todas deberíamos!

Sofía Basile dijo...

Es por eso que un día decidí no ser rencorosa!